Siempre resulta recomendable tener alguna lata de conservas en la despensa. En ocasiones, el tiempo pasa deprisa y sorprende el apetito en cualquier tarea cotidiana; si hay pocas ganas de cocinar, la consabida lata de conservas sirve para salir del paso. Con ella no hay sorpresa, siempre las mismas cualidades, el mismo sabor; los mismo conservantes.