Tras ocupar durante toda una tarde un helicóptero del ejército para, en vez de portar ayuda a los damnificados, observar desde el aire los efectos del terremoto, el primer ministro italiano y amigo del peor presidente de la historia de España, Jose María Aznar, defecó su última deposición de humor fascista. No les falta de nada, tienen medicamentos y alimentos, comida caliente…”. 17.000 personas se han quedado sin hogar. Y casi 300 muertos.