La dirección de la lucha antiterrorista, la cúpula de ETA y los medios de comunicación tratan a los ciudadanos como a subnormales, están consiguiendo que los ciudadanos comiencen a sospechar que en el fondo del asunto hay un enorme y nauseabundo estercolero que explica cuarenta años de presunta incapacidad y voluntad de resolver este presunto problema.